China acelera los trabajos de rescate tras el terremoto de 6,8 grados que golpeó el martes el Tíbet, región occidental del país. El sismo dejó 126 muertos y obligó la evacuación de más de 30.000 personas. Unos 14.000 rescatistas buscan supervivientes y distribuyen ayuda en una región donde las temperaturas bajarán hasta -17 grados esta semana.
El gobierno movilizó una respuesta de emergencia nivel 2 y envió 22.000 artículos de auxilio, como tiendas de campaña y ropa de invierno. «La población superará esta tragedia y reconstruirá sus hogares con el apoyo del país», declaró Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Exteriores, en una conferencia de prensa.
El terremoto destruyó 3.609 viviendas y atrapó a cientos de personas. Los rescatistas sacaron con vida a 407 personas, según reportes oficiales, y trabajan para prevenir deslizamientos. El epicentro fue ubicado a 85 kilómetros del monte Everest. El presidente chino, Xi Jinping, pidió este martes «esfuerzos exhaustivos para salvar vidas y minimizar el número de víctimas», al tiempo que solicitó trabajar para «prevenir desastres secundarios» y «reasentar de forma adecuada a los residentes afectados».
Una de ellas alcanzó una magnitud de 4,4. Se señala que la fuerza de las réplicas disminuye progresivamente, pero debido a la gran actividad tectónica en la región, aún existe la posibilidad de réplicas que superen la magnitud 5.
Fuente: El Universal